Calle en subida con casas y cartel de Trouville

Vamos a la playa, pa’ curarte el alma… dice una de las canciones del verano pasado. Y sí, vamos a la playa a renovarnos. El canal de la mancha no será el agua terapéutica de las playas de Biarritz que enamoraron a la Emperatriz Eugenia, pero definitivamente ver el agua, escuchar el sonido del mar, descalzarse en la arena y nadar son actividades que relajan y reconectan. Si están buscando una escapada ideal que puede hacerse incluso en un día desde París, Trouville-sur-mer y su vecina Deauville son definitivamente una gran opción. A continuación les contamos un poquito sobre este pueblo, cómo llegar y qué hacer en un día en Trouville.

Trouville: fuente de sanación e inspiración

Trouville tiene un encanto violento. Inmediato.
No conozco a nadie que desde la primera visita, no sueñe con volver.

Marguerite Duras.
Pintura de Claude Monet en Trouville: paya, arena, mar y una mujer con trenzas, vestido y sombrero en una silla de madera.

Trouville es una antigua aldea medieval de pescadores donde hoy en día viven menos de cinco mil personas. Si nos remontamos a la primera mitad del Siglo XIX e incluso un poco antes, Trouville era simplemente un pueblito de pescadores donde nadie nadaba por placer sino que en ese entonces el mar era reservado para la actividad comercial. Algunos siglos antes en Inglaterra se había comenzado a utilizar el mar con fines médicos, al cual ciertos pacientes eran enviados para curarse de diferentes enfermedades o accidentes. Nadar en en el mar era considerado terapéutico y la aristocracia francesa comenzó a acercarse al agua para sanar. En la próspera época del Segundo Imperio, incluso el Emperador Napoleón III mandó a construir un Palacio al lado del mar en Biarritz para la Emperatriz Eugenia: la «Ville Eugénie» es conocida hoy en día como el «Hôtel du Palais». En Trouville, si bien no hay palacios tan inmensos, aún hoy se conservan las Villas que miran al mar.

Después de dispararse la moda del bain de mer en Francia, ya a mediados del siglo XIX, el balneario de Trouville adquirió popularidad gracias a las pinturas de Charles Mozin y Claude Monet. La gente de la capital enloquecía con este paraíso a tan pocos kilómetros de París. La Reina de las Playas, como comenzó a conocerse a Trouville, era frecuentada por turistas y artistas que venían a sanar en sus aguas y a recrearse en la fina arena cubierta de caracoles. No sólo pintores se enamoraron de Trouville, Marguerite Duras, Marcel Proust, Gustave Flaubert, Alexandre Dumas son otras figuras clave en la literatura y cultura francesa, que pasaron veranos observando, recorriendo el pueblo y dejándose atrapar por su frío mar. Con el progreso de las líneas de tren, a lo largo del siglo, se popularizaron los viajes a la costa, que se convirtió en un lugar de ocio y esparcimiento y no tanto de rituales de sanación. En este contexto se crearon los casinos y balnearios.

placa marguerite duras en la playa
vista al mar desde trouville-sur-mer

Escapada de un día a Trouville: ¿Qué ver y hacer?

En nuestro caso, buscábamos nadar en el mar con la desesperación de quienes acudían al agua por sus poderes curativos hace dos o más siglos. Ese plan de descanso nos llevó a tomar el tren bien temprano en París y bajar en Trouville antes de las 10am. Todo recto hacia el mar, compramos en el camino unos croissants y fuimos directo a la arena. La marea estaba baja y aún no había gente, lo cual hizo de ese desayuno un gran comienzo del día junto al mar.

Al mediodía buscamos una sombra donde almorzar, si bien se alquilan las famosas carpas a rayas en la playa, donde se puede hacer un picnic, elegimos un lugar un poco más reparado. Hay varios puestitos y restaurantes a lo largo de la avenida que está junto a la playa y queríamos explorarlos. Optamos por unos crêpes en un local que se especializa en comida al paso, pero tiene banquetas y un toldo ideal para refrescarse al abrigo del sol en su hora más potente.

Además de su maravilloso mar y su amplia playa, Trouville es un pueblo encantador y recomendamos no irse sin recorrerlo. Desde la playa misma se aprecian las Villas que fueron construidas en el siglo XIX, cada una con un estilo arquitectónico diferente. Pueden subir sus callecitas y explorar las diferentes casonas por fuera. Cuanto más suban la colina, mejor vista tendrán del pueblo y el mar. Los miércoles y domingos por la mañana hay un mercado de productos locales que abarca toda la avenida que va desde la estación hasta la playa. Allí encontrarán desde flores, quesos y pescados hasta artesanías, lonas y ropa de playa.

Si son de ir a museos, en el Villa Montebello encontrarán obras relacionadas a la historia de Trouville que resumimos más arriba. Además, en la playa hay exhibiciones de, por ejemplo, afiches publicitarios de la ciudad del siglo pasado y la ciudad en sí misma a veces se transforma en museo. En el verano del 2020 descubrimos que durante el confinamiento una artista local había salido de noche a cubrir el pueblo de imágenes de mujeres. Así fue como perdiéndonos por sus calles nos pudimos encontrar con Nina Simone, Mona Chollet y Camille Claudel. Explorar el pueblo y sus rincones es siempre un gran paseo.

En este video maravilloso pueden el mar y la playa de Trouville en vivo, para inspirarse. Si la marea está baja la playa es inmensa, y cuando sube es ideal para meterse al mar:

Cómo llegar a Trouville desde París

Hay varias maneras de llegar a este pueblo encantador. Si están en París y tienen bastante tiempo, les recomendamos combinar este paseo con Rouen, la capital de la región de Normandía, donde pueden pasear por un día, pasar la noche y luego llegar a la costa muy rápido en tren, auto o bus.

Para leer nuestras recomendaciones sobre esta hermosa ciudad pueden ir al artículo haciendo click acá.

Si esta es una escapada gasolera (de muy bajo presupuesto) pueden optar por ir y volver en bus. O, como hicimos desde mapa cósmico, comparar precios hasta encontrar una buena combinación: en nuestro caso decidimos viajar de un día al otro y encontramos pasajes en tren baratos para la ida. A la vuelta tomamos un blablacar hasta Le Havre y de ahí un bus a París. ¿Demasiado rebuscado? No teman: Omio es un comparador de precios espectacular por donde sacamos los pasajes y siempre nos da las mejores opciones tanto de tren como de bus. Recomendamos buscar primero con las fechas exactas de ida y vuelta que les interesan y si los precios no les convencen, buscar por separado la ida y luego el regreso o variar los días. A veces viajar un día en particular (por ejemplo los viernes) es muy caro, y el día siguiente o anterior el precio baja notablemente.

Si lo que buscan es comodidad y velocidad, el tren es siempre la mejor opción. Desde París se demora menos de 2 horas y media desde la Estación Saint-Lazare (muy cerca de la Ópera). La estación de llegada es Trouville-Deauville y si tienen tiempo pueden visitar también las playas vecinas. En general hay más gente y por ello decidimos quedarnos del lado más calmo, pero teniendo un par de días puede ser ideal combinar ambos pueblos. Para el tren recomendamos buscar los precios en Omio y abonar en la moneda que más les convenga.

Les dejamos algunas ideas de otras escapadas y excursiones para hacer por un día en Normandía, pueden optar por tours organizados que son, muchas veces, una opción perfecta para ahorrar tiempo y dinero:

¿Se animan a hacer una escapada por Trouville? ¿Qué otros lugares de Normandía les gustaría conocer? ¡Les leemos en comentarios!


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