Vacaciones económicas en la costa oeste… ¿es eso posible? Se puede viajar por las tierras más emblemáticas del cine, el sol y la playa sin quemar todos nuestros ahorros en el intento. En esta nota les contamos nuestra experiencia, acompañada de consejos para hacer de California un experimento de bajo presupuesto. También hacemos referencia a muchas películas, porque no tenemos modo de esconder lo mucho que nos gusta el cine.
California Dreaming
Todos aquellos quienes hemos consumido el cine de Hollywood desde nuestra más tierna infancia tenemos algo guardado en un rincón de nuestra conciencia: California se siente casi como un segundo hogar. Aunque nunca hubiéramos puesto un pie en los Estados Unidos… en ciertos rincones de nuestra memoria, los caminos de Los Ángeles a San Francisco nos son familiares.
Quizas éste sea uno de los principales motivos que nos puede empujar a querer visitar esos paisajes sobre el océano Pacífico. Desde los paseos repletos de palmeras y skaters de Venice Beach, pasando por los acantilados rocosos de la Highway 1 y Big Sur, hasta las sinuosas y empinadísimas calles de San Francisco, esas imágenes captadas por el cinematógrafo se proyectan en nuestra mente. Pero no todo es manipulación magistral de los grandes estudios de Hollywood: los paisajes urbanos y naturales de esta región del mundo son realmente increíbles. Tan sólo asomarse por primera vez a la majestuosidad de un bosque de secuoyas es una experiencia que nos quita el aliento.
Pero existe una triste realidad: los precios para el turismo en la costa oeste son elevados. Según el propio sitio web de California, este estado conforma por sí mismo la quinta economía del mundo. Los costos de vida son altos. Hospedarse en un modesto hotel de ruta implica un presupuesto lamentablemente alejado del estilo de viaje que disfrutamos y les proponemos.
Por eso, para vivir una experiencia plena disfrutando del sol, las playas, los bosques y las rutas emblemáticas de California sin quemar la billetera en el intento, hemos resumido las siguientes 4 recomendaciones basadas en nuestras experiencias:
1. Animarse al camping:
Antes que vernos obligados a hospedarnos en cualquier hotel de ruta, y definitivamente antes que gastar todos nuestros ahorros en un hotel decente (pero en el cual no podríamos ni poner una olla al fuego), preferimos llevarnos una pequeña carpa y salir de paseo por la naturaleza. Los cultura del camping en Estados Unidos está muy arraigada en la población y los sitios de acampe están espectacularmente bien organizados como para recibir todo tipo de turismo. El sistema de reservas coordinado por los parques nacionales y estatales es espléndido.
2. Negociar un buen hospedaje en Airbnb:
Como la hotelería norteamericana suele ser bastante cara, buscar habitaciones y departamentos a través de este servicio es una buena opción económica. Generalmente las personas dispuestas a hospedar a un viajante en su propia casa son amigables y están abiertas a brindarte su mejor atención. Si encontraste un departamento que te encantó, pero sentís que está por unos dólares al día fuera de tu presupuesto, no dudes en contactar al anfitrión, contarle de vos, de tu viaje y solicitar cordialmente un descuento. En nuestra experiencia, la mayoría va a estar dispuesto a hacer ese esfuerzo para recibirte en su casa. Si nunca han usado Airbnb previamente, pueden escribirnos y solicitarnos un código de descuento, que les enviaremos con gusto y les ahorrará algunos billetes.
3. Compartir comidas:
Parece un poco obvio, pero: si estás viajando en pareja o un grupo y son de los que disfrutan más de la calidad que de la cantidad, recuerden que las porciones en cualquier diner suelen ser extremadamente generosas. Además, si buscan opciones veggie, hasta en el país de las hamburguesas hoy en día encontrarán gran variedad de opciones amigables con los vegetarianos. No duden en pedir platos para compartir y quizá se lleven una sorpresa al quedar satisfechos rápidamente. Si no, siempre se puede pedir una porción más. Dato de color: la buena atención se cultiva en la industria del servicio, ¡siempre los van a atender con una sonrisa!
4. Alquilar un auto por internet:
Lamentablemente, la única ciudad en este estado norteamericano en la cual encontramos un sistema de transporte público eficiente es San Francisco. Para el resto de sus desplazamientos por ciudades como Los Ángeles, la mejor (casi la única) opción es manejarse en automóvil. En ese momento, nuestra experiencia al alquilar un auto no fue muy feliz. Afortunadamente, en viajes posteriores aprendimos a sacarle el jugo a rentalcars.com, sitio web donde recomendamos aprovechar la posibilidad de buscar ofertas entre distintas empresas de alquiler ajustadas a tus necesidades.
Nuestra experiencia
En el verano boreal de 2016, tuvimos la posibilidad de recorrer California durante dos semanas con un bajo presupuesto y disfrutar no sólo de sus ciudades más emblemáticas, sino también de estar en contacto con sus paisajes naturales más impactantes. Nuestro plan desde un principio fue visitar Los Ángeles y San Francisco, pero nuestro principal objetivo era conocer las maravillas naturales que se encuentran en el camino de una ciudad a otra (y desviándose un poco del camino también). Nuestro itinerario nos llevó a aterrizar en Los Ángeles, recorrer la Highway One con sus bosques y acantilados, cruzar el estado de oeste a este para maravillarnos con la monumentalidad del parque nacional Yosemite, y finalmente acercarnos otra vez a la costa para subir y bajar las colinas de la bahía de San Francisco.
A continuación sigue un resumen de nuestras experiencias, en las cuales aplicamos (y aprendimos) algunos recursos para no gastar de más.
Alquilar un auto
Éste paso fue un pequeño desafío: nunca habíamos alquilado un automóvil antes. Aterrizamos ya de noche en el aeropuerto de Los Ángeles, uno de los más grandes y transitados del mundo, luego de dos vuelos y una escala, y no estábamos para nada preparados para enfrentarnos a la burocracia de una ventanilla.
Cuando llegamos al mostrador de la empresa con la cual ya habíamos reservado (y pagado), nos encontramos con que buscaron todas las maneras posibles de cobrarnos un adicional: un seguro complementario, un aumento en la categoría de auto… a esa hora y con tanto cansancio, lograron marearnos. Les aceptamos un seguro adicional, el cual ni siquiera entendíamos muy bien pero nos juraban que era indispensable, y nos «bonificaron» el aumento de categoría (lo cual seguramente quiere decir que no disponían de un auto pequeño como el que habíamos reservado, pero querían aprovechar la pasada para cobrarnos unos dólares de más).
Para evitarse todos estos inconvenientes, recomendamos utilizar una plataforma como rentalcars.com, donde podrán comparar entre varias empresas y elegir los precios, modos de alquiler y seguros que les resulten más convenientes. Además, si quieren ahorrarse horas investigando sobre los seguros y sus franquicias, el sitio ofrece un seguro propio a buen precio que cubra todo lo que los seguros básicos de las empresas de alquiler no incluyen. Pero, recuerden: vayan bien informados sobre la reserva que están haciendo, así no los toman desprevenidos como sucedió en nuestro caso, y pueden relajarse y disfrutar de la experiencia de conducir por las carreteras hermosas de esta región sin estar pendientes de todos los inconvenientes que pueden pasar al volante.
Las autopistas de Los Ángeles
Si alguna vez vieron el clásico de Robert Zemeckis ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, habrán notado que dentro de la oscura (y graciosa) historia que servía de metáfora para la segregación racial en Estados Unidos, transcurre una trama de cambio urbano: el complejo y eficiente sistema de tranvías que alimentaba a la ciudad de Los Ángeles y sus barrios circundantes, la Pacific Electric Railway Company, estaba siendo reemplazado por amplias autopistas que privilegiarían el transporte automotor privado. Esto no es un elemento de ficción: es historia real y hoy en día la red de autopistas de la ciudad es enorme e intrincada.
Por eso, una vez que disponíamos de un auto de alquiler, no osamos lanzarnos a la ruta sin un plan, y nos entregamos alegremente al sistema de GPS de Google Maps para encontrar nuestro destino. Si quieren ahorrarse unos kilómetros de más en un giro equivocado, recomendamos hacer lo mismo. Hoy en día, la aplicación Waze es probablemente la comunidad de conductores online más grande, si la utilizan regularmente pueden confiar en ella.
Lo que nos resultó particularmente útil de Google Maps es el nivel de detalle con el que indica el posicionamiento adecuado en la enorme cantidad de carriles del cual disponen estas autopistas. Para poder anticiparse correctamente a movimientos que surgirán dentro de unos minutos y no encontrarse de repente con la necesidad de atravesar 5 carriles atestados de autos para tomar una salida, esta característica de la app es especialmente conveniente. Además, si no cuentan con roaming telefónico, en esta aplicación es posible descargarse los mapas y utilizarlos sin conexión.
Venice Beach
La ciudad de Los Ángeles es enorme y sus barrios son incontables. Como suele suceder en las grandes urbes de Estados Unidos, la mayor parte de la superficie de esta megalópolis consiste de suburbios. Cuando se mira el mapa a primera vista, pereciera que las opciones de distritos para hospedarnos son infinitas. Sin embargo, conviene tomarnos el tiempo de elegir: uno de los grandes atributos de este lugar es que cada barrio tiene su propia idiosincrasia, y podemos investigarlos detenidamente para conocer el que más nos interese vivir de cerca.
En nuestro caso, la búsqueda se simplificó: una amiga nos ofreció generosamente una habitación en su propia casa en Atwater, por lo cual tuvimos la posibilidad de compartir muchos momentos con ella y pudimos estar muy cerca de Los Feliz, East Hollywood y Silver Lake (y ahorrar los gastos de hospedaje, claramente).
Sin embargo, si están visitando la ciudad durante el verano y les tienta encontrar hospedaje cerca de la playa, les podemos hacer una recomendación personal: encontrar algún departamento o habitación en Venice Beach. El nombre de este barrio proviene de una urbanización especial: un proyecto personal del desarrollador y conservacionista Abbot Kinney, con canales acuáticos en lugar de calles, inspirado en la ciudad de Venecia en Italia. Al día de hoy aún es posible visitar lo que queda de este extraño emprendimiento (que si bien es simpático en nada se asemeja la Venecia italiana).
Durante décadas este barrio sufrió degradación y abandono, pero hoy en día, tiene todo lo que un viajante relajado pueda desear: amplias playas de arena blanca, acompañadas por una larga rambla enmarcada por palmeras donde es posible circular en bicicleta, patines, monopatines y skates, además de muchos comercios baratos donde sentarse a tomar un café o conseguir una porción de pizza por un dólar.
El videoclip de la canción Humility, de Gorillaz, pinta una muy buena representación del barrio (y la canción nos encanta, así que recomendamos darle play mientras siguen leyendo esta nota).
Para encontrar un hospedaje barato en esta zona, recomendamos investigar en Airbnb o en Booking.com, configurando los filtros de búsqueda de acuerdo a tu presupuesto. Hay hospedajes hermosos, y si ese departamento que te encantó no está disponible o se hace demasiado caro, siempre se puede alquilar una habitación en el hogar de alguien. Si lo tuyo es la vida de hostel, recomendamos utilizar hostelworld.com, donde podés encontrar un montón de hospedajes baratísimos (al menos para los precios de Los Ángeles) ordenados por las calificaciones de los usuarios.
Highway 1
La principal autovía del estado de California es la vía I-5, que une los más de 600 km entre Los Ángeles y San Francisco en unas 6 horas. Sin embargo, lo único que verán en este camino expreso son centros comerciales y estaciones de servicio. El camino más largo es en realidad el más bello: la highway one, una de las rutas escénicas más hermosas del mundo.
Les rogamos que se tomen el tiempo de recorrer este camino con detenimiento. Si van a manejar, recuerden tomar sus curvas suavemente y parar en todos los vista point que consideren necesarios. Los acantilados en este camino son tan hermosos que frecuentemente encontrarán estacionamientos a lo largo de la ruta donde frenar para dedicarse exclusivamente a apreciar el paisaje… y apreciar el paisaje es algo que no podrán evitar hacer.
Programamos pasar dos noches atravesando esta ruta, pero tranquilamente podríamos haberle dedicado más tiempo. Si van a seguir nuestro ejemplo y piensan visitar la región en temporada alta con planes de acampar, recomendamos reservar sus lotes con meses de anticipación. Sí, meses. Los espacios de acampe generalmente son baratos y se agotan rápidamente, por lo que intentar encontrar un sitio disponible al momento de llegar es una apuesta riesgosa. En nuestro desconocimiento, tomamos esa apuesta: en un caso perdimos, y en el otro ganamos, como contamos a continuación.
Morro Bay
Si están familiarizados con las producciones animadas de Pixar, seguramente serán fanáticos de Buscando a Nemo… y por ese mismo motivo, también habrán visto Buscando a Dory. Cuando vimos esta peli en las salas en 2017, nos sorprendió ver lugar familiar: Morro Bay, ciudad en la cual tiene lugar la mayor parte del film. Este sitio se distingue por un enorme monte de piedra que emerge junto a la costa, el cual le da nombre a la bahía.
La primera noche de recorrida llegamos a esta ciudad, esperando poder montar nuestra carpa junto al mar en el camping del parque de Morro Bay, pero nuestra falta de planeamiento nos jugó una mala pasada: todos los espacios en el parque estaban ya reservados y ocupados.
Como ya era tarde, nos vimos obligados a buscar hospedaje en alguno de los pocos hoteles de la ciudad. Primero intentamos un motel junto a la ruta, pero la única habitación disponible era apta fumadores… y no estábamos dispuestos a soportar el olor impregnado en los muros. Finalmente encontramos la última habitación libre en un Best Western, una cadena famosa por ser de bajo presupuesto. Sin embargo, éste en particular se nos fue completamente de presupuesto, lo cual ya no nos importó al haber caído la noche y necesitar un techo bajo el cual dormir. Además aprovechamos hacer uso de su extraña pileta climatizada y su desayuno con waffles y jarabe de maple. También le consultamos a la recepcionista si nos recomendaría lugares donde acampar y hacer paseos a lo largo del camino, momento en el cual nos hizo saber sobre Limekiln Park. Más sobre eso en unos momentos.
Aunque no pudimos hospedarnos en él, el parque de Morro Bay es hermoso, y ustedes pueden aprender de nuestros errores y reservar previamente. Pueden hacerlo a través de éste sitio oficial del estado de California. Tiene información útil sobre el parque y permite hacer reservas con hasta seis meses de anticipación.
Limekiln Park
El segundo día, a medida que avanzábamos por la ruta y la tarde llegaba a su fin, cada camping que visitábamos en la zona de Big Sur mostraba el cartel de completo.
Cuando vimos el cartel de entrada a Limekiln Park, éste no fue la excepción, también se encontraba lleno. Pero nos lo habían recomendado tanto, que de todos modos nos aproximamos a la casilla de entrada y tuvimos una pequeña charla con la persona que la atendía. Aunque el lugar estaba completo, nos pidió que esperáramos unos momentos. Al rato, mientras nos entreteníamos apreciando su simpático atuendo de park ranger, nos confirmó que nuestro deseo se había cumplido: en ese mismo momento una reserva se había caído y un lugar estaba disponible. Avanzamos alegremente con el auto hasta el lugar designado, para encontrarnos con una sorpresa aún mejor: nuestro sitio de acampe estaba elevado y tenía una vista hermosa sobre el mar.
Una vez que estábamos asentados, nos dedicamos a investigar. Descubrimos unos hermosos recorridos a pie a través del bosque que comenzaban en el mismo sitio de acampe, y llevan hasta unos antiguos hornos de piedra caliza abandonados, que son los que dan nombre al parque y datan del siglo XIX. Al atardecer, disfrutamos la puesta del sol sobre el mar, en una pequeña playa sobre la cual descansa el área de camping.
Si planean hacer una visita en temporada alta y quieren armar su carpa en este lugar hermoso, recomendamos no seguir nuestro ejemplo y hacer una reserva previa.
Yosemite
Luego de remontar la Highway 1 por la costa hasta la ciudad de Monterrey, cambiamos de dirección: dejamos esta ruta y cruzamos el estado de California de oeste a este, con el parque nacional de Yosemite como destino. Fue un camino largo (y caluroso), demorando más de 4 horas en la ruta, así que nos lo tomamos muy relajadamente y llegamos al atardecer. Pero la recompensa al final del camino fue extraordinaria.
Hará falta un artículo entero para contarles nuestra experiencia en ese lugar (y pronto llegará). Los caminos y los paisajes de Yosemite son sublimes, extremadamente difíciles de abreviar en algunas palabras e imágenes. Pero mientras tanto, si planean visitarlo, les podemos dar algunos consejos para aprovechar su estadía.
El parque es enorme, pero el principal lugar al que querrán llegar es Yosemite Valley, hogar de numerosas cascadas e impresionantes domos de piedra. Allí pueden encontrar varios sitios de acampe, como Upper Pines, Lower Pines y Camp 4, que son los más tradicionales, pero en los cuales observarán que los lotes de acampe están bastante pegados entre sí. Desde éste valle es muy fácil acceder a varios de los puntos más hermosos y también más conocidos de este parque nacional, como Half Dome, Glacier Point y las cascadas de Yosemite.
Sin embargo, no nos alojamos ahí. Cuando investigamos previamente para encontrar sitios de acampe, todos los lotes en el valle ya se encontraban reservados, así que buscamos otros campings dentro del parque nacional. Ustedes pueden hacer lo mismo en el sitio recreation.gov, que les mostrará un mapa con varios sitios de acampe. Encontramos un espacio a muy buen precio en Crane Flat, el cual se encuentra a media hora de Yosemite Valley en automóvil. Nos sorprendió con su calma y sus amplios espacios bajo enormes árboles.
Algo que nos llamó la atención al instante: es estrictamente obligatorio dejar toda la comida que lleven en grandes cajas metálicas disponibles en cada lote de acampe. El propósito es que los osos que habitan la región no tengan fácil acceso a comida de los seres humanos y, de ese modo, no se acostumbren a nuestra presencia. Visitar el parque no es garantía de ver un oso, pero definitivamente hay muchos rondando por la zona. Si manejan por los sinuosos caminos de Yosemite, verán numerosas señales de tránsito pidiendo encarecidamente que circulen a velocidad reducida, por la gran cantidad de osos que son atropellados cada año.
Manteca
Para regresar a la civilización, atravesamos otra vez el caluroso valle central de California y, nuevamente, nos lo tomamos con mucha calma, disfrutando de la carretera. Al planear nuestro camino a través de la ruta estatal 120, la hora de la merienda (y nuestros estómagos) nos sorprendió a la altura de una ciudad con el divertido nombre de Manteca.
Rápidamente tomamos una salida para probar un una cafetería junto a la ruta. El Black Bear Diner de Manteca, localizado en la intersección con la ruta 99, resultó una muy buena opción para nuestra pausa: las porciones son enormes (obsérvese en la foto el postre con el cual de deleité y no pude terminar), claramente inspiradas en las necesidades alimenticias de los osos californianos. Además, rellenarán tu taza de café una y otra vez hasta que digas basta.
San Francisco
Nuestra última parada fue la hermosa ciudad junto a la bahía… numerosas películas se han rodado en San Francisco, pero los fanáticos de Hitchcock fácilmente reconocerán sus calles en las imágenes de Vertigo, la cinta de 1958 con James Stewart y Kim Novak. Les empinadísimas vías de esta ciudad hacen un efectivo homenaje al nombre del film: Si visitan Lombard Street, calle en la cual se ubicaba la residencia del protagonista, entenderán de qué estamos hablando. Muchas de las locaciones también dan cuenta del pasado bajo dominio mexicano de las costas y las ciudades de California, del cual derivan sus nombres claramente latinos.
Próximamente les contaremos en detalle nuestra experiencia en la ciudad de la niebla, pero mientras tanto les contamos estos puntos importantes.
Nuestra experiencia con Airbnb en San Francisco fue excelente. Encontramos una habitación en un departamento en el barrio de Richmond, cerca de las playas del Pacífico, entre los parques de Golden Gate y Presidio. El precio se nos escapaba un poco de presupuesto, por lo que contactamos a los dueños de la casa, les contamos de nuestro viaje y les preguntamos si podrían hacernos un descuento. Nos contaron que durante los días que estaríamos allí, ellos también se encontrarían de viaje, por lo que planeaban pagarle a una vecina para que pasara regularmente a cuidar de sus dos gatos. Si nosotros nos ofrecíamos a alimentarlos y cuidarlos (uno de ellos necesitaba tomar regularmente un medicamento), nos reducirían el precio.
Aceptamos alegremente, y disfrutamos de tener toda la casa disponible (junto a los mininos), con una hermosa vista al mar en la distancia. Cada vez que regresábamos de recorrer, éste se volvió nuestro espacio de descanso y contemplación.
Llegar a San Francisco implicó dejar de usar casi completamente nuestro vehículo de alquiler. Los buses eléctricos arman una red sumamente eficiente, y es realmente fácil llegar de un punto a otro de la ciudad. Nuestro Nissan permaneció casi todos los días estacionado. Pero tuvimos que prestar mucha atención: todos los espacios de estacionamiento gratuitos en las veredas de la ciudad tienen al menos un día de la semana en el cual está prohibido aparcar, para dar lugar a los trabajos de limpieza. Esto está bien aclarado en la señalización de cada calle.
Por lo tanto, no duden en utilizar el transporte público, bicicletas y sus pies para desplazarse. De ese modo se ahorrarán inconvenientes buscando lugares para estacionar y disfrutarán de una perspectiva más tranquila de la ciudad. Ése es el ritmo que disfrutamos al viajar… pero, éso sí, estén preparados para las fuertes pendientes.
En resumen: California bajo presupuesto
California es mucho más que la tierra del showbiz y las estrellas de cine. Recorrer sus ciudades, caminarlas, tomar sus rutas a paso lento y recorrer sus bosques nos permitió conocer estas tierras en su lado más calmo. Disfrutamos pausadamente de sus cafés y sus diners, manejamos por algunas de las rutas más hermosas, acampamos bajo las estrellas junto al mar y nos quedamos sin aliento en las caminatas entre sus bosques. Visitar California con un bajo presupuesto no fue una limitación, sino una gran oportunidad para conocer estas tierras un poco más cerca de sus calles, sus paisajes y su gente.
Bonus track: Silver Lake
Quienes hayan visto Good Will Hunting con Robin Williams y Matt Damon (en mi infancia la llamábamos «En busca del destino») seguramente guardarán el recuerdo de una canción muy pegadiza que cierra la película: Miss Misery, de Elliott Smith. Varias de las canciones en el film pertenecen a este cantautor, pero esta es una de esas melodías que podemos disfrutar de escuchar en loop una y otra vez.
Smith, que no era ampliamente conocido hasta ese momento, fue nominado al premio Oscar por mejor canción original. En sus espectáculos en vivo solía renegar de cantar estar canción, pero grabó un video clip para ella que transcurre en las calles del barrio de Silver Lake, en la ciudad de Los Ángeles. El video comienza frente al Smog Cutter, un famoso dive bar que me encantaría recomendarles: en unos pocos metros cuadrados donde hasta tu propia mano era difícil de ver, se podía disfrutar de una vieja mesa de pool, karaoke en un televisor instalado ahí en los años 80, y tragos de medio pelo servidos por la no tan simpática bartender Sunshine. Era toda una experiencia. Lamentablemente, cerró definitivamente sus puertas en el año 2017, una víctima más de la presión omnipresente del mercado inmobiliario.
A pesar de esto, el espíritu del barrio sigue vivo. Muchos músicos buscan habitar estas calles. Se pueden encontrar bares a buenos precios y disfrutar de noches musicales en el Silverlake Lounge, donde Elliot Smith solía presentarse. Si revisan el calendario, cada tanto pueden encontrar eventos gratuitos. Antes que visitar el saturado Paseo de la fama en el Hollywood Boulevard, les recomendamos visitar las calles de este barrio, que captura un lado más genuino de la vida en Los Ángeles hoy en día.
Road Trippin’
A continuación les dejamos nuestra lista de spotify para escuchar a todo volumen mientras transitan las highways de California mirando el color azul profundo del océano Pacífico.
YOSEMITE, HERMOSÍSIMO LUGAR, DE ENSUEÑO, GRACIAS POR SUS COMENTARIOS, ME SIRVIÓ DE MUCHO LA PÁGINA DE RENTA DE AUTOS, ES MUCHO MÁS BARATA QUE LA OPCIÓN QUE TENÍA PARA RENTAR EN UNAS SEMANAS MAS, MIL GRACIAS
¡Qué alegría que el artículo te haya sido útil! 🙌 Compartimos el amor por Yosemite 💙 esperamos volver a recorrer esos caminos majestuosos que nos dejaron sin palabras.