Si están pensando en pasar por Montpellier, no duden: Ciudad histórica, diversa, buen clima, gente amable, callecitas pintorescas y mucho más. Para visitar Montpellier no hace falta contar con un gran presupuesto ya que su encanto reside en sus calles, sus espacios públicos y su arquitectura. Solo necesitarán ganas de caminar. Cuando visitamos a una amiga en Montpellier en septiembre de 2019 no esperábamos encontrar una ciudad tan diversa. Cada barrio tiene su propia personalidad y la ciudad es tan fácilmente caminable que dan ganas de conocer todos. Como siempre en este blog, a continuación una mezcla de paseos que por momentos se salen de lo mainstream para recorrer con ojos de turistas que intentan mimetizarse con la vida local.
Lo primero: un mapa para ubicarse en Montpellier
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L’Écusson: centro histórico de Monpellier
Empecemos por el principio: L’Écusson es el distrito más antiguo de la ciudad, un hermoso barrio de callecitas angostas y curvas por las que perderse caminando con la cámara de fotos en mano. Tomando como punto de partida la Place de la Comédie podemos trazar muchísimos recorridos posibles y lugares para visitar en Montpellier saliendo desde su plaza más emblemática y céntrica. Antiguamente conocida como la plaza del huevo (por su forma), donde los vehículos circulaban a su alrededor, hoy en día es peatonal y funciona como el punto de encuentro perfecto, ya que su explanada está repleta de cafecitos y bares donde turistas y locales se mezclan en las terrazas en torno a la fuente de las Tres Gracias (statue des Trois-Grâces). Aquí conviven también las líneas de tranvía que nos acercan a los distintos puntos de la ciudad (e incluso van casi hasta el Mediterráneo, pero ya hablaremos de eso más adelante). El nombre de la plaza deriva su antiguo teatro que se incendió, y allí hoy en día se encuentra la Ópera Comédie.
Subiendo por la explanada Charles de Gaulle se llega a varios puntos fundamentales para el arte y la cultura de Montpellier que si tienen tiempo pueden visitar: El Museo Fabre (museo de Bellas Artes más importante de la ciudad), el Pabellón Popular (fotografía) y MO.CO Panacée (arte contemporáneo). Además en la explanada se realiza un mercado de flores, ideal para fans de las plantas.
Nuestro paseo preferido consiste en recorrer sin mapa las callecitas de la ciudad medieval e ir encontrando joyitas como el Carré Sainte-Anne (una iglesia del siglo XIX devenida centro de arte contemporáneo con ingreso gratuito). La Rue Roucher es considerada la calle más bonita de Montpellier, pueden recorrerla buscando obras de arte urbano. La rue du bras de fer (foto) es otra hermosa calle que se destaca por ser antigua y muy angosta, que se puede recorrer siguiendo las escaleritas y banderines que van marcando el camino. En el número 8 de esta calle se encuentra Le Bookshop, una librería/café con libros exclusivamente en inglés, ideal para una pausa. Muy cerquita de acá nos topamos inevitablemente con la Iglesia Saint-Roch de Montpellier. Todas las calles y pasajes que rodean la iglesia son preciosos.
Desde aquí tenemos 5/10 minutos a pie hasta llegar Les Arceaux, un barrio residencial precioso para recorrer. A medida que vamos subiendo llegaremos a la colina se encuentra la Puerta de Peyrou que da ingreso al jardín y paseo del mismo nombre, con el Arco de Triunfo y unas hermosas vistas de la ciudad. Hacia el final del jardín de Peyrou se encontrarán con una de las joyas de Montpellier: el acueducto Saint-Clément (conocido como acueducto des Arceaux por sus enormes arcos) construido en el siglo XVIII para abastecer la ciudad de agua. La torre de agua (Château d’eau) que también se conserva es ideal para ir a ver el atardecer. Los martes y sábados aquí mismo debajo de los arcos se realiza un mercado donde se pueden encontrar quesos orgánicos, vinos locales y demás delicias de la región. Si pasan por Francia, nunca se pierdan sus mercados.
A pasos de aquí llegamos a uno de los lugares más hermosos y antiguos de la ciudad: La Facultad de Medicina de Montpellier es la facultad en actividad más antigua del mundo (Siglo XIII), y su jardín botánico (el primero de Francia) que fue fundado en 1593 y posee 2000 especies de plantas. La visita es altamente recomendable si están de paso por Montpellier, no se arrepentirán. Para completar este recorrido, se puede visitar o apreciar desde afuera la particular fachada de la Catedral de San Pedro de Montpellier. Al salir, les espera una pausa de café en Broc, un lugar ideal para tomar algo frente al jardín.
Montpellier moderna: Port Marianne, Antigone y Odysseum
Montpellier fue toda una sorpresa a nuestros ojos. No sabíamos qué esperar y lo que encontramos definitivamente superó nuestras expectativas basadas en nuestro escaso conocimiento previo sobre la ciudad. En general, cuando pensamos en Francia y vamos recorriendo sus diversas regiones, encontramos historia, huellas del pasado, patrimonio y conservación. Montpellier sorprende porque es una mezcla entre medioevo y Siglo XXI. El distrito Port Marianne es un barrio nuevo a orillas del río Lez. Allí se encuentra el Ayuntamiento (Hôtel de Ville), un edificio ecológico inaugurado en 2011 que puede visitarse los días de semana. Se destaca por sus paneles fotovoltaicos y por estar sobre un estanque de agua, imperdible si les fascina la arquitectura contemporánea. Tal vez recuerden a su arquitecto Jean Nouvel por la torre Agbar de Barcelona. Bordeando el río Lez se toparán con L’arbre blanc, otro edificio que merece la pena ver de cerca. La torre árbol tiene además de viviendas un café abierto a todo público.
Antigone es un barrio muy particular ya que está inspirado en la arquitectura griega y romana. Fue concebido como proyecto urbanístico por Ricardo Bofill en los ’80, con la idea del ayuntamiento de ampliar los límites de la ciudad hacia el este. Este barrio enteramente peatonal consiste en una serie de plazas ordenadas en una línea, con un centro comercial en medio y varias hectáreas con viviendas y oficinas. Vale la pena recorrer sus calles y sobre todo si hace calor, disfrutar de la Place du nombre d’or que tiene diversas fuentes para refrescarse. Si lo visitan, no dejen de prestar atención a los nombres de las calles.
Bonus track: ¡Vamos a la playa en bicicleta!
Un buen plan si visitan Monpellier varios días y tienen ganas de ver el mar es hacer una escapada hasta el Mediterráneo. Cuando visitamos la ciudad en Septiembre de 2019 decidimos dedicar un día a la playa. Salimos relativamente tarde, creyendo que sería muy fácil llegar. Tomamos el tranvía L3 hasta Perols, donde esperábamos encontrar un bus que nos llevara desde allí directamente a la playa. Pero, como a veces puede pasar cuando improvisamos fuera de temporada, el bus no estaba funcionando y debimos buscar un plan B. Por suerte en la parada de bus había una estación de Vélomagg, el servicio de bicicletas de Montpellier. Rentamos unas bicis y nos lanzamos a pedalear hasta el Mediterráneo. El plan fallido terminó siendo un paseo aún más lindo de lo esperado ya que recorrimos Carnon en bici, disfrutamos de la arena y el mar y vimos el atardecer en el Estanque de Pérols antes de volver a tomar el tranvía de regreso. ¡Un paseo hermoso para quienes disfruten tanto como nosotrxs la playa y de pedalear!
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